domingo, 7 de marzo de 2010

TIBOR DÉRY,


Tibor Déry, El ajuste de cuentas, Colección Sergio Pitol traductor, UV, México, 2007, 90 pp.


La carrera como traductor de Sergio Pitol ha sido fructifera para los lectores de habla hispana en muchos sentidos, pues a través del renombrado Premio Cervantes 2005 hemos podido acercarnos a la literatura de culturas totalmente lejanas: el caso de los polacos Andrzejewski, Iwaszkiewicz y Gombrowicz es sin duda un ejemplo claro. El amplio conocimiento literario y una prosa cuidada se conjugan con obras de alto valor estético, ésto ha dado un resultado en español que, apreciable de cualquier ángulo, es más el trabajo de dos autores, una obra a cuatro manos de singular belleza.
La colección Sergio Pitol Traductor vio luz en agosto de 2007 gracias a la editorial de la Universidad Veracruzana con algunos de dichos trabajos; en esta variedad encontramos desde los ingleses Ford Madox Ford y Jane Austen hasta el chino Lu Hsun. El ajuste de cuentas del húngaro Tibor Déry es un trabajo excepcional, en varios sentidos, que es rescatado y puesto al alcance del público. Acercar a este autor a la lengua castellana fue sin duda un trabajo descomunal, basado en una traducción al italiano, la barrera del idioma se acrecenta dependiedo de las necesidades de éste y el húngaro es una lengua centroeuropea (de origen huno) con único parentesco en el continente con las lenguas saami de Laponia y un par del dialectos en la zona de los Urales. Rosa Beltran describe un poco el proceso que realizó Pitol:
Para traducir a estos autores[ Tibor Déry y Lu Hsun], Pitol hubo de pasar horas seleccionando, leyendo, cotejando versiones de otras lenguas como el francés o el inglés, sufriendo el oscuro desgarramiento de Tonio Kröger que es el de quienes han destinado su vida a la escritura: el combate entre la tentación del mundo y la soledad indispensable del proceso de creación.

Déry creció en un hogar bilingüe, su madre era austriaca y el alemán fue la lengua que predominó en su infancia, de estatus burgués durante los últimos años del Imperio Austrohúngaro. En 1919, al disolverse el país, se une al partido comunista pero comienza un viaje le llevará hasta 1934 en diversos países entre los que se encuentran Austria, Alemania, Suiza, Francia y Yugoslavia. Al reinstalarse en Budapest se dedica a la traducción, oficio que le costaría la libertad cuado el régimen de Hórthy lo encarcela por haber traducido el diario de viaje de André Gide a la URSS. En 1945, ya fuera de prisión, obtiene el premió Kossuth, el más importante reconocimiento cultural del país hasta nuestros días. Para 1956 se une al grupo revolucionario Petőfi y se vuelve portavoz durante la revolución fallida de ese mismo año; vuelve a prisión en 1957 por no negar su posición política, pero es indultado en 1960. Déry fallece a los 82 años el 18 de agosto de 1977 en Budapest.
La obra del escritor aquineo tiene fuertes cargas sociales, pero lo interesante es el ángulo desde el cual se presenta. Wolfgang Hädecke lo menciona en su estudio «Der Erzähler Tibor Déry »:
[...] su preocupación no por representar la realidad humana o social, sino por transformarla astísticamente, lo cual le lleva a escoger como héroes de sus relatos a niños, animales o ancianos y a descubrir la verdad interna, el meollo del acontecimiento, mediante el ejemplo, las perspectivas de incentes y de los que ya no participan o tienen responsabilidades, o sólo limitadamnte.

En El ajuste de cuentas se aprecia el conjunto de este trabajo magistral. La lectura sensible de «Amor», el segundo relato del libro, puede resultar catartica. Es una narración que firma el contrato de verosimilitud con el lector mientras aborda las percepciones de un hombre que recupera su libertad. Las descripciones de un alto valor poético poseen una carga psicológica que, mediante una narrativa ágil, nos lleva de la mano hasta el final de la historia, generando una empatía total con el pobre hombre. La pasión por los detalles de la vida cotidiana se reinventan ante la mirada que no termina de comprender su liberación:
Se detuvieron tres edificios adelante. B. miró por la ventanilla: estaban frente a la puerta abierta de una tienda: una montaña de rábanos rojos, una montaña de lechuga, una montaña de manzanas Jonathan. Al lado, la puerta estrecha de una tabaquería.

El tiempo perdido, la comparación entre recuerdo y realidad y el rencuentro con los objetos del deseo se manifiestan en una mente que sólo puede sorprenderse con inexpresivo impacto. «Amor» es más que un conjunto de impresiones urbanas, es el reencuentro con la vida perdida y todos los cambios de una era, es volver a mirar a la propia familia sin conocerla. Déry sabe que salir de la carcel no es sino un cambio de prisión, una donde se está acompañado pero jamás libre; es atravesar el Danubio de una ciudad a otra sin dejar Budapest.
«El ajuste de cuentas», relato que da nombre al libro y el más extenso de éste, cuenta la experienca de un profesor de medicina presa del miedo al régimen. La visita de uno de sus estudiantes desata una reacción en cadena al dejarle una metralleta en casa, la realidad pacífica del profesor y su personalidad agria se encuentran ante el mayor dilema de su vida: ¿Qué hacer con esa arma en casa cuando los cateos y la represión de un país agónico merman la palabra del individuo? Un relato en el que cada paso es un logro a través de un campo minado, cargado de símbolos y verdades a medias donde el potencial humano de destrucción es el campo de batalla de la soledad.
El último relato del libro es una reinvención del mito griego de «Filemón y Baucis», en el que Zeus y Hermes llegan al pueblo de Frigia y piden hospedaje a los habitantes del lugar; después de mucho buscar una pareja les permite entrar a su cabaña. Mientras comen Baucis se da cuenta de la divinidad de sus invitados y Filemón se decide matar un ganso pero Zeus le dice que no es necesario. Como recompensa a la amabilidad el dios les dice que suban a la montaña con él pues destruirá la ciudad con todos aquellos que no le dejaron entrar. Tras el cataclismo la unica contrucción que queda en pie es la cabaña de Filemón y Baucis, la cual es hecha templo del dios y ellos ministros del santuario.
Este mito es la base que toma Déry para su narración, pero ahora se tratan de dos ancianos húngaros en el ocaso de una era. Durante el cumpleaños de la mujer, que sufre de sordera, se suelta el cataclismo de la revolución, un encuentro armado en su propio barrio, y su marido trata de esconderle la cruda realidad; entonces llega un visitante que le da un giro a la historia.

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